Más allá del movimiento

Más allá del movimiento

Ecología de Alimentación de la Tortuga Gigante de Galápagos

Después de haber descubierto algunos de los mecanismos que rigen la migración y otros movimientos, queríamos emplear nuestros nuevos conocimientos en un contexto ecológico y de conservación más amplio. Sabíamos que la disponibilidad de alimentos influía en las migraciones de las tortugas, pero teníamos pocos datos sobre su dieta. En la década de 1980 se habían realizado algunos estudios sobre la alimentación de las tortugas, pero esto sucedió antes de la gran expansión de especies introducidas en la isla de Santa Cruz.

Pasamos cientos de horas observando tortugas y registrando toda su actividad de alimentación, identificando y clasificando las especies de plantas que comían, y otros detalles como el número de mordeduras por minuto. También estudiamos cómo cambian las comunidades vegetales a lo largo del gradiente de elevación.

Las tortugas comen al menos 96 especies de plantas diferentes y prefieren las hojas maduras jóvenes. La fruta también constituye una gran parte de su dieta.

Las tortugas de Galápagos consumen muchas especies de plantas que fueron introducidas de manera accidental o intencional, muchas veces por personas que preferían estas especies sobre otros vegetales nativos o endémicos. Muchas de estas especies fueron llevadas a Galápagos como fuentes de alimento para las personas y el ganado y son altamente nutritivas, por lo tanto, no es sorprendente que las tortugas se alimentan de ellas también. Encontramos que la condición física de las tortugas puede incluso mejorar cuando se alimentan de especies vegetales introducidas.

Una consecuencia desafortunada de alimentarse en gran medida de frutas introducidas (como la guayaba) es que a medida que las tortugas comen la fruta, también están ingiriendo las semillas que contienen. Encontramos que una pila de caca de tortuga contiene en promedio varios cientos de semillas del árbol de guayaba, altamente invasor. 

También encontramos que una semilla podría tardar de dos a tres semanas en pasar por el tracto digestivo de una tortuga y que durante este tiempo una tortuga migratoria puede viajar varios kilómetros. Así, las tortugas son capaces de dispersar un gran número de semillas a grandes distancias, acelerando así la propagación de estas especies, que pueden ser altamente invasoras y destructivas para las comunidades nativas de plantas de Galápagos.

Por otro lado, las tortugas también están dispersando las semillas de muchas especies nativas y potencialmente manteniéndolas en las islas. Las tortugas pueden llamarse genuinamente las "Jardineras de las Galápagos".

Esta historia está escrita en las revistas:

Interacciones Entre las Tortugas Gigantes de Galápagos y los Humanos

A medida que Galápagos se desarrolle económicamente y la población humana aumente, será cada vez más importante entender la dinámica de las interacciones entre las tortugas y el ser humano.

Al igual que las especies migratorias de todo el mundo, la migración de larga distancia por las tortugas de Galápagos significa que muchas tortugas abandonan la seguridad protectora del Parque Nacional y entran en tierras privadas en la parte alta de Santa Cruz y otras islas habitadas. Esto tiene el potencial de conducir a desafíos tanto para los agricultores y ganaderos como para las tortugas: varias tortugas gigantes pueden destruir un campo de maíz recién plantado, por ejemplo. Por otro lado, la presencia de tortugas puede ser compatible con la ganadería.

Además, las tierras privadas de Galápagos se dedican a diferentes usos, desde la agricultura de subsistencia, hasta la producción ganadera, el turismo o el desarrollo urbano, todos los cuales tienen diferentes implicaciones para la conservación de las tortugas y la relación entre las tortugas y las personas. A medida que Galápagos se desarrolle económicamente y la población humana aumente, será cada vez más importante entender la dinámica de las interacciones entre las tortugas y el ser humano.

La investigación que comenzamos en el 2017 implica trabajar dentro de las tierras de cultivo, para comprender mejor cómo los movimientos y el comportamiento de las tortugas podrían depender del uso de la tierra y la fragmentación del hábitat. Nuestra finalidad es evaluar qué estrategias podrían aplicarse, en conjunto con los propietarios de las tierras, para resolver estos conflictos y sus posibles consecuencias.

Hemos integrado la investigación sobre este tema en el Programa. En primer lugar, en 2018 se inició un breve taller entre las partes interesadas, para reunir a propietarios y finqueros locales, investigadores, miembros del Parque Nacional Galápagos e instituciones locales para generar un diálogo constructivo donde compartir experiencias, discutir estrategias y buscar posibles soluciones a los conflictos entre personas y tortugas.

Las actitudes que observamos hacia las tortugas fueron casi exclusivamente positivas o benignas, y numerosos finqueros reconocieron la importancia de las tortugas para la economía de Galápagos y el reconocimiento no trivial de que las "tortugas estaban aquí primero". Sin embargo, si se percibe que las tortugas limitan en lugar de mejorar las oportunidades económicas, esta situación podría cambiar.

Como seguimiento de este trabajo, facilitamos un estudio sobre la ecología de las tortugas en tierras privadas, llevado a cabo por la estudiante de doctorado Kyana Pike. El estudio incluyó el análisis de cómo el movimiento de las tortugas y su comportamiento en las fincas privadas están influenciados por el tipo de uso de la tierra y la infraestructura humana existente como carreteras, cercas y estanques naturales y artificiales.

Hemos podido determinar que las tortugas con GPS pasan un promedio de 150 días al año en tierras privadas, utilizando un promedio de cuatro granjas y hasta un máximo de 24 fincas diferentes cada año. El uso de múltiples granjas bajo múltiples usos de tierra diferentes por una sola tortuga indica que encontrar soluciones compartidas para la conservación de las tortugas y la mitigación de conflictos en la isla de Santa Cruz requerirá de la cooperación en toda la zona agropecuaria.

Contrariamente a nuestras expectativas, las vallas en su configuración actual parecen no presentar un gran obstáculo para los movimientos de las tortugas. La mayoría de las cercas están en mal estado, e incluso las cercas diseñadas para mantener a las tortugas fuera de las áreas de cultivo son relativamente porosas.

Esta importante investigación está en sus primeras etapas y vamos a informar con más detalle sobre nuestros resultados en un futuro cercano. Las publicaciones científicas iniciales sobre este trabajo se publicaron en las revistas: